A finales del siglo XIX se prohibieron las Fallas debido a la carga crítica hacia los sectores más dominantes de la sociedad, pero el pueblo los desafió y finalmente se plantaron. La oposición de las autoridades a la tradición fallera provocó en el pueblo reacciones de defensa de las tradiciones típicas, y en 1884 la publicación 'La Traca' propuso por primera vez el concurso de premios para los mejores monumentos falleros. Esta iniciativa despertó un espíritu competitivo entre comisiones de vecinos, estimuló el fervor fallero y produjo una preocupación por la estética hasta entonces inexistente, dando lugar a la falla artística.

Lo Rat Penat, la nueva sociedad cultural nacida para enseñar y difundir la lengua y cultura valencianas y presidida por Félix Pizcueta, se hizo cargo del concurso de premios que se otorgaban a las Fallas. En 1901 ya fue el Ayuntamiento de Valencia el que tomó el relevo a Lo Rat Penat y oficializó esta entrega de Premios Municipales. Se trataba de dos premios: uno de 100 pesetas y otro de 50 pesetas, que se entregaban una vez pasadas las fiestas. Este fue el comienzo de la unión entre el pueblo y el poder político, evolucionando con pasos agigantados esta fiesta popular en número, estructura y organización.

Desde principios del siglo XX, las Fallas abandonaron la estructura dual (tablado/escena) y comenzó a desarrollarse una nueva concepción de las mismas, en el cual los ninots no eran ya la figura más impactante. La falla se componía ahora de la superposición de diversos elementos y niveles, fundamentalmente de tres: una base (el original calafat) de escasa altura como soporte de ninots con sus escenas y versos explicativos, un cuerpo central que servía de sustentación del monumento y un remate que consiste en una figura de grandes dimensiones constituida por un motivo alegórico capaz de condensar el tema que explayaban y glosaban las escenas inferiores.

El contenido de la falla no se hallaba inscrito solamente en una escena realzada por el tablado, sino que estaba latente en todo el conjunto escultórico y debía ser comprendido rodando la falla y recorriéndola con la mirada de arriba abajo. La falla ahora debía ser imponente, majestuosa y visible desde la lejanía.

Bajo la presión de los premios, las fallas adoptaron como ideal la monumentalidad, la proporcionalidad y el barroquismo.

Los premios en la Actualidad

Las Fallas se dividen en dos grandes categorías. Las Fallas Mayores representan la categoría principal y las Fallas Infantiles, aunque dependen totalmente de los adultos, están dedicadas a los niños ya que ellos tuvieron también su gran protagonismo en el origen de la fiesta fallera.

Cada una de estas categorías se divide a su vez en Secciones, dependiendo del presupuesto y de los resultados obtenidos en años anteriores.

Pero los premios otorgados en la Semana Fallera no son sólo dirigidos a estos maravillosos monumentos. También se premia al ninot más bonito de las fallas mayores y de las infantiles que han sido plantadas cada año, se premia el ingenio y la innovación de las fallas experimentales, los cantos falleros, el arte de combinar las flores en la Ofrenda, el arte de la indumentaria con la que se visten los falleros en las cabalgatas… se premian a las comparsas, la poesía de los llibrets y a las calles engalanadas. Los premios se materializan en dinero, en estandartes y en reconocimientos. Toda una manifestación de alegría invade la Semana Fallera y a todo el visitante que se acerca a la ciudad cada mes de Marzo.

Los premios más importantes que se otorgan en Fallas son:

- Premios a las Fallas Mayores

- Premios a la Sección Especial

- Premios a las Fallas Infantiles

- Premios a las Calles Iluminadas

- Premios a los Llibrets de Lo Rat Penat

- Premios al Cant de L’estoreta

- Premios a la Cabalgata del Ninot Major y a la Cabalgata del Ninot Infantil

- Premios a las Fallas Experimentales

- Premios a los Ninots Indultats: Museo Fallero