Restaurante Alma del Temple

El restaurante Alma del Temple se encuentra ubicado en pleno Barrio del Carmen de Valencia. Nos ofrece una gastronomía mediterránea desde una aproximación creativa , en un entorno privilegiado. Diseñado por Francesc Rifé y con una cuidadosa restauracion que deja a la vista el patrimonio histórico con la presencia de los cimientos de la muralla árabe.
La filosofía gastronómica de Alma del Temple , capitaneada por Brad Hyde con Luca Bellanca como segundo de a bordo, es tan sencilla como rotunda, cocina sugerente que se materializa en una carta que combina platos tradicionales mediterráneos como los arroces, los pescados o el all i pebre con reinterpretaciones en las bases y acompañamientos de los entrantes y platos principales. Un concepto que sólo tiene sentido a partir de una cuidadosa selección de materias primas sencillas pero de máxima calidad.
En Alma del Temple se busca un trato relajado y cercano, donde realizar live cooking, cursos de cocina y catas de vino que mantengan el contacto con el público y donde el precio sea accesible, con menús diarios por debajo de los 20 euros . Además, en línea con otras capitales europeas, en el ‘lounge’ se darán cita la restauración, la coctelería, la formación y una atractiva oferta de actividades culturales, sin olvidar la ambientación musical y las copas.”

Tanto el mobiliario como la iluminación realzan el entorno y dotan de una estética actual a Alma del Temple , un restaurante que sin renunciar al legado histórico que lo acoge, está conectado con su tiempo para ofrecer lo mejor de la nueva cocina mediterránea.

Además, los clientes de Alma del Temple pueden disfrutar de espacios comunes de Caro Hotel , como el lobby- bar, la terraza y la biblioteca en los que hallarán restos del circo romano, la muralla árabe de la ciudad y una selección de la azulejería gótica del Palacio del Marqués de Caro.
El enólogo Alejandro Martín ha sido el encargado de confeccionar la carta de vinos que cuenta con más de ochenta referencias que esperan a ser servidas en una minimalista e imponente bodega de cristal que ocupa un espacio central del restaurante. Tras la bodega, atravesando un arco gótico, se accede al salón principal. Mención aparte merece el reservado, escondido en el recodo entre la muralla y una de sus torres de vigilancia originales.

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