Ofrenda Fallas 2025
De los eventos falleros relacionados con la religión , el más importante es la Ofrenda Fallas 2025 a la Virgen de los Desamparados.
La Virgen de los Desamparados, advocación de la Virgen María, es la Patrona de Valencia. Aparece representada con una azucena en una mano y con el niño Jesús portando la cruz en sus brazos. El rasgo característico de esta virgen es que tiene la cabeza ligeramente inclinada hacia delante, por lo que entre los valencianos se le reconoce cariñosamente como “La Geperudeta”.
El origen de la devoción en Valencia por esta virgen se encuentra en 1409 (s. XV). El padre mercedario Joan Gilabert Jofré se dirigía desde el convento de la Plaza De La Merced a la Catedral para preparar un sermón en tiempos de Cuaresma, y presenció el linchamiento de un “loco” en la antigua c/Platerías (actual c/Martín Mengod). La orden de La Merced a la que pertenecía y este hecho fomentaron que en 1410 fundara un hospicio para enfermos mentales: el “Hospital d’Innocents, Follcs i Orats” (“Hospital de los Inocentes”) que en la actualidad es reconocido como el primer hospital psiquiátrico del mundo. El sacerdote pretendió resolver un problema social: el elevado número de pobres, vagabundos y locos deambulando por la ciudad.
Construyó para él la Hermandad bajo la advocación de 'Sancta Maria dels Innocents' y dicho hospital se hizo conocer entre el vulgo como “el hospital de Nostra Dona Sancta Maria dels Innocents”.
Para el funcionamiento del hospital se constituyó una Cofradía, la “Lloable Confraria de la Verge Maria dels Innocents”, formada por cien sacerdotes, trescientas mujeres y otros tantos varones para recaudar los fondos.
Según la tradición, en el año 1414 tres peregrinos jóvenes se presentaron en la Cofradía y se ofrecieron como escultores para tallar una imagen de la Virgen María sólo a cambio de alojamiento y alimento. El hermano cofrade que vivía en la casa, cuya esposa era paralítica y ciega, les recibió. Fueron colocados en el lugar conocido como la Ermita. Pasados cuatro días y al no oírse ningún ruido, unos cofrades forzaron la puerta y encontraron la imagen de la Virgen María. Los peregrinos no estaban por ninguna parte y la mujer del cofrade había sanado y recuperado la vista. Por eso se corrió la voz que la imagen “la feren els àngels” (“la hicieron los ángeles”).
En una ocasión, Doña María de Castilla, esposa de Alfonso el Magnánimo, rey de la Corona de Aragón, concedió que atendieran a náufragos, desamparados y prostitutas. La Cofradía creció tanto que hubo que crear otro hospital para toda clase de marginados. En él se concedían ayudas para dotes de huérfanas, para los encarcelados y necesitados, para los expósitos, y para pagar el rescate de cautivos en tierras de infieles. Por eso un decreto de Fernando el Católico de 1493 añadió a la advocación primera de Nuestra Señora de los Inocentes la de “los Desamparados”. La imagen se convertiría en la “Mare de Déu dels Folls, Innocents i Desemparats”.
En 1646 una gran epidemia se extendió por la ciudad, afectando incluso al virrey, el Conde de Oropesa, el cual se encomendó a la Virgen de los Desamparados a raíz de lo cual cesó la epidemia. Esto determinó consagrarla Patrona de la ciudad y del Reino y que se le construyera en 1667 el templo, hoy Basílica, junto a la Catedral. De allí nació el fervor de los valencianos por la que se convertiría en su Patrona. Concluida la nueva capilla, se celebraron las fiestas de traslado de la imagen a la actual Basílica.
El 21 de abril de 1885, el papa León XIII concedió una bula pontificia por la que nombrada Patrona de Valencia a la Virgen de los Desamparados. La imagen es muy bella, mide siete palmos de altura. Como estaba previsto que se depositara sobre el féretro de los ajusticiados está inclinada hacia delante, puesto que albergaría una almohada bajo la cabeza. Por eso se la conoce como 'La Geperudeta' ('la Chepudita'). Bajo el manto se cobijan dos niños, cada uno con una herida en el cuello: son los Santos Inocentes.
La arraigada fe en la Virgen de los Desamparados se declara tanto el segundo domingo de Mayo, como en la celebración de los festejos en honor a San José de la declarada Semana Fallera, a modo de masivos y organizados desfiles de comisiones falleras con sus estandartes y bandas de música en los que se luce reproducciones de la indumentaria de los s.XVIII y XIX, y con una auténtica ostentación floral. Es 'L’Ofrena a la Mare de Déu dels Desemparats'.
El origen de ofrendar flores a La Geperudeta se encuentra en el año 1945, cuando un grupo de clavariesas y otras mujeres vestidas de labradoras cubiertas con mantillas, depositaron en el interior de la Basílica, junto al Altar Mayor y a los pies de la Virgen, varios ramos de flores.
En los años sucesivos se sumaron algunas comisiones de fallas que fueron dándole mayor importancia al acto que se instauró en el día 18 de Marzo, hasta llegar el momento en que ya no cabían en la Basílica tantas flores y tanta gente, por lo que en 1949 decidieron implantarlo en el exterior, en plena Plaza de la Virgen: se construyeron unos bastidores con listones de madera y se apoyaron en la fachada de la Basílica para depositar ordenadamente las flores que traían las falleras.
Además ganó importancia la Organización del Desfile de las comisiones, debido a las largas colas que se producían para entregar los ramos de flores, la incorporación a la Ofrenda de niños falleros y de bandas de música que acompañaban a cada comisión, así como la cada vez mayor afluencia de gente visitante. Además se establecen competiciones entre las comisiones por los mejores ramos, canastas y tapices florales que cada vez son más grandes.
En la década de los 70 la Ofrenda pasa a ocupar dos días de la Semana Fallera. Gana protagonismo la participación de gente famosa y autoridades, y llegan a desfilar en la Ofrenda Infantil 25.000 niños y en la Ofrenda Mayor 30.000 falleros y falleras. Actualmente casi 10.000 músicos acompañan a las 383 comisiones falleras que participan en la Ofrenda.
En 1987, el escultor y artista fallero José Azpeitia, confecciona por encargo de la Junta Central Fallera un busto de la Virgen, sus manos y el niño Jesús. El resto del cuerpo es un entarimado de madera de 15 metros de alto sobre el que se van depositando los ramos de flores y formándose con ellas un hermoso y colorido tapiz. El resto de las flores se siguen situando como todos los años, en los bastidores de la pared de la Basílica.
Cada año el famoso dibujo del manto de La Geperudeta es diferente y permanecerá en secreto hasta el último momento.
La Junta Central Fallera se encarga de decir a cada comisión qué tipo de flores deben llevar para la confección del diseño elegido, que será de ramos compuestos de miles de claveles rojos, blancos y rosas. Cada fallera llevará el suyo hasta los pies de la Virgen, y serán los 43 “vestidors de la Mare de Déu” (“vestidores de la Virgen”) que trabajan cada año en la construcción del manto los que se encarguen de disponer, de manera organizada y coordinada, cada ramo en el lugar que le corresponde. El primer día se terminará el manto de la Virgen y el Niño, y el segundo ya quedan completados los tapices florales de los bastidores de la Basílica.
Actualmente la Ofrenda empieza el día 17 y se alarga durante el 18 de Marzo sin descanso (sobrepasando la madrugada del 19) y la Plaza de la Virgen queda inundada de flores llegando a superar los 130.000 participantes entre falleros adultos, falleros infantiles, vestidores y organizadores. En la entrada a la Plaza de la Virgen se viven los momentos de mayor emoción, cuando los altavoces anuncian la comisión que deposita el tributo y las falleras entregan sus ramos sin poder contener el llanto. Y con esta emoción se vive hasta el último momento, pues la Fallera Mayor de Valencia será la última en desfilar ante la Virgen.
Te recomendamos visitar este acto el segundo día de la Ofrenda, en cualquier momento del día o de la noche, para además de disfrutar del colorido del pasacalle y de la música que invade las calles, poder disfrutar también del precioso manto de la Virgen ya elaborado, de la belleza del conjunto arquitectónico de la Catedral de Valencia así como del aroma que desprenden los claveles y que perdurará varios días más.
