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Guía de Valencia > Medios de Transporte
La Estación del Norte de Valencia es una de las más bonitas de toda España, además de tener un tráfico ferroviario muy intenso. Está enclavada en un lugar idóneo para comunicar a la ciudad.
La Estación del Norte de Valencia está enclavada en un lugar privilegiado de la ciudad. La primitiva estación de la Compañía de Ferrocarriles del Norte estuvo ubicada en la confluencia de calle de la Ribera y la Plaza del Ayuntamiento, pero la transformación que se produce en esta zona en los primeros años del siglo XX y la necesidad de agilizar el tráfico por la ronda, determinó su alejamiento del centro. La Estación del Norte se planteó situarla en el cruce de las grandes vías, pero finalmente se determinó por el traslado al emplazamiento actual.
Fue proyectada por el arquitecto valenciano Demetrio Ribes en 1906 y abierta al público en 1917. Se erige como uno de los mejores monumentos típicos de la arquitectura civil valenciana y es referencia representativa de la ciudad.
Tiene una cubierta interior con una gran marquesina sobre estructura metálica, con apoyos con articulaciones, y la se erigió en su época en un hito tecnológico, partiendo de la referencia estilística del Modernismo.
La fachada principal trata de compensar su horizontalidad acentuada con la disposición de tres cuerpos resaltados, dos en los extremos, formando torreones y el tercero en el centro marcando el acceso. Destacan los detalles decorativos, coloristas, con numerosas piezas cerámicas, que reproducen distintos tipos de adornos florales y abundancia de escudos. La puerta del primitivo acceso a la Estación del Norte se decora con dos paneles de mosaico diseñados por José Mongrell. Destacan en la fachada los mosaicos y los dibujos y motivos de clara tradición valenciana con reminiscencias de la agricultura levantina. La zona para los viajeros y el andén principal con las vías forman una estructura como si fuera un monumental hangar. La fachada principal está acotada a cada lado con una torre a modo de fortaleza, que dotan al conjunto de una gran monumentalidad y belleza arquitectónica. Los zócalos marmóreos de cada una de las portadas tienen inscripciones en distintos idiomas en los que se desea buen viaje a los viajeros y que no sufran por la espera.
EResalta también la decoración del vestíbulo, con un diseño de las taquillas y arrimaderos de madera, con incrustaciones de mosaico y decoraciones cerámicas con abundancia de trencadís, azulejos...
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